sábado, 27 de enero de 2024

  

                                                 LA POBREZAMULTIDIMENCIONAL

                                                               ENFERMEDAD CRONICA SOCIAL

 

 Por Armando del Valle

 

Quizás el mayor estigma arrastrado dolorosamente desde siempre por la humanidad, se llama: la pobreza, la miseria humana. Ha sido el sello más importante que marca la condición limitada del hombre. Es la gran pesadilla que la comunidad humana carga sobre sus espaldas a través de su historia, convirtiéndose en el consorte del hombre en todos los acontecimientosvividos. Lo inicio el “Homo Erectus” que apareció hace unos dos millones de annos, como primeros pobladores humanos, que al desaparecer hace 300.000 annos, dieron paso al “Homo Sapiens Sapiens” aparecidodesde hace 160.000 annos, primera especie humana existente en el interminable y cambiante sendero de la evolución. A su lado, se han gestado buena parte de las revoluciones y conflictos sociales del planeta. Se pudiera decir que no existe ser humano que en algún momento de su existencia, él o algunos de sus descendientes, no se hayan sentado a la mesa con la pobreza. Ha sido la musa oscura de inspiración de infinidad de escritores, críticos, políticos, soñadores y románticos que en sus creaciones han añoradoterminar con ella, sublimarla o esconderla en los confines de sus sueños frustrados

 

La pobreza se convirtió en un karma permanente y lastimero en el camino histórico del ser humano; de allíarrastra uno de sus mas importantes temas a solucionar. Su condición anómala se ha incorporado tan íntimamente a la vida humanaacomodándose a suexistencia cotidiana, deformando en forma engañosa lareal dimensión de problema y calamidad en un atenuado modo de vida terrestre. La pobre miseria se ha convertido en el “carnal” del hombre y como tal, sutolerancia y la convivencia han alcanzado los más altos niveles de acostumbramiento. Cuando una persona ha nacido con una limitación anatómica al caminar, su “cojera” con el transcurrir del tiempo, ira perdindo su connotación negativa de defecto limitante, acomodándose a ser simplemente lo que es, una condición de vida diferente, en últimas... en otra manera de deambular. Lamentablemente, algo similar le ha ocurrido al ser humano y la pobreza, el coexistir en uconcubinato mal sano y auto-destructor” que se ha venido fortaleciendo, sin que sus funestas implicaciones se dimensionen, camuflándose sin dejar ver, ni sentir la verdadera situación de ésta precaria realidad humana. 

 

Es bien visto entre los gobiernos del mundo el invertir buena parte de sus energías y luchas en combatir otras problemáticas sociales, como la delincuencia común, la insurrección armada, la corrupción institucionalizada, la deshonestidad administrativa, el robo, la extorsión... sin darse cuenta que buena parte de la génesis de todas ellas, tienen fuertes raíces en la pobreza y la miseria. Es como gastar en tanteos la solución de la enfermedad social” con múltiples medicamentos y recursos en los síntomas externos (bajar la fiebre, aliviar el dolor) sin combatir la etiología corresponsable de su aparición y sus nocivos efectos. En este punto, la humanidad se comporta como nuestros paísesemergentes, en donde la inversión en la prevención dealgunas enfermedades continua ocupando los últimoslugares; mientras se desvían presupuestos importantesen tratar paleativamente al indefenso enfermo, en tanto,las causaetiológicas de su mal, persisten creciendo con más agresividad y virulencia.

 

Debería ser difícil para los hombres de hoy 2024,conciliar su sueño conociendo las “estadísticasterroríficas” dadas por la FAO en el año 2003, hace masde 20 anos: 824 millones de seres sobre la tierra no tienen posibilidad de tener una canasta familiar digna y justa; más de la mitad de la humanidad sufre hambre y coexiste con la pobreza multidimencional. Es inconcebible que quizás el más fundamental impresindible de los derechos humanos, halla sido dejado a la vera del camino, mientras otros necesidades menores cautiven el esfuerzo y la atención de los lideres y mandatarios de las naciones, que en buena parte del mundo, los vemos obnubilados por el prestigio, el poder e inclinados ante el dios oropel

 

Sin duda alguna, la secuela mas nociva dejada por este flagelo humano, que dificulta notoriamente el nacimiento ha sido el nacimiento de pensamientos nobles, profundos y creativos en seres que carecen de la fuente de alimentos necesaria y equilibrada para sí y para los suyos. El cerebro humano sin calorías suficientes, ni proteínas eficaces y sin un armónico equilibrio en todo su organismo es incapaz de generar y desarrollar  las potencialidades mas sofisticadas y sublimes propias del ser humano.

 

Definitivamente el factor denominador más desestabilizador en la génesis de los conflictos en la historia de las sociedades ha sido y será siempre la miseria humana y su pobreza multidimencional. No es posible vivir un mundo en paz y armonía mientras vivan la mitad de los habitantes de la tierra, en el sórdidoconflicto de la injusticia social, la discriminación y la desigualdad social institucionalizada. Lograr paz, desarrollo, bienestar y crecimiento social integral enmedio de un mundo que atonito contempla desde su precario enterno, a travez de  los medios de comunicación, del internet y de las redes, el consumismo desbordado por la comercializaciónlos increíbles logros científicos con acelerado progreso, es demasiado complejo y angustiante. Nuestra triste población continúa sin entender ¿porqué primero no son ellos liberados de su más devastador enemigo dela convivencia humana?.  En su lábil sueño, la mitad paupérrima del planeta tierra seguramente aparecerán como fantasmas oníricos, el robot recorriendo el planeta Marte en búsqueda de agua, o los sofisticados mísiles alumbrando con sus detonaciones asesinas las asustadas noches de Bagdad, o las de la franja de Gaza, o las de Ucrania… o los  frenéticos días en la bolsa de New York. Para el carente crónico de alimentos que ellos sufren a diario, toda esa carrera loca y sofisticada de  tecnología y  progreso del hombre, no deja de ser más que una pesadilla arrastrada cruelmente de generación en generación, que sigue viviendo sin comprender el porquépermanece en la marginalidad de la vida justa y digna; viendo de lejos, como se invierten y se derrochan dineros incontables en guerras y conquistas del universo, que solo beneficiarán a unos cuantosprivilegiados, mientras ellos, la mitad de terrícolas, no han llegado a satisfacer las necesidades que ameritan para tener una existencia digna. Y lo que es peor, estar condenados a que las ataduras de las cadenas lesesten recordando:” hoy igual que ayer, y posiblemente, igual a mañana…” 

 

Si los más altos dignatarios de la humanidad, hoy, siglo XXI, fueran citados al foro universal de las galaxias, por los seres más desarrollados del universo (entre otras...¡es muy posible que existan ¡); para presentar el estado de vida de los terráqueos, su progreso, sus logros y superaciones a lo largo de los 50.000 años de su colonización por las diversas regiones del planeta tierraseguramente la decepción y el desconsuelo reinarían en el ambiente de aquel magnánimo foro planetarioLes sería difícil de entender a aquellas mentes superiores, cómo los humanos nos hemos gastado buena parte de nuestra historia en peleas fraticidas  yconflictos mezquinos, tratándose de dominar unos a otros, para imponer sus botas cubiertas de leyescaducas llenas de egoismos y contradicciones. Sepreocuparían al ver como hemos perdido tanto tiempo, recursos,  vidas, dinero y cerebros en solucionar problemas menores, atados a intereses particulares, políticos y de geto, dejando de largo o lo que es peor, arrastrando al lado de ese sutil y efímero progreso humano, el más grande problema y reto de todos los tiempos: vivir en igualdad, bienestar personal y comunitario y por ende, en armonía social, toda la humanidad sin discriminación alguna. Ese sería nuestromayor logro y triunfo y la meta tope del progresocivilizado, que nos llenaria del sano orgullo de pertenecer al género humano. 

¿Porqué el hombre, en cabeza de sus lideres políticos (“manejadores de los designios de sus subordinados”) a través de la historia, no han empunado la utopía” del desarrollo humano integral y sostenible, como el centro, devoción y fin principal de su mandato y gestión? Múltiples respuestas asoman pretendiendo dar una explicación. Seguramente, la sumatoria de todas las respuestas dadas, en su momento, por los dirigentes  de la humanidad, estarían  llenas de justificaciones y excusas atadas a las circunstancias particulares de cada momento historico, la religión, la cultura, la ciencia, las conquistas...

Es probable que todos los que han grabado con tintaindeleble los anales de la historia humana, desearon o sintieron en algún momento de su mandato, incursionar en la utopía humana: un mundo mas justo, armónico y feliz. ¡No lo hicieron! Y se plasmo heredándolo en la genética social de desequilibrio vivencial que vive la mitad de la humanidad hoy en día. ¿Será un proyecto tan imposible de lograr, que se ignora o se esconde traspapelado en las gestiones de los conductores del mundo, para evitar el desprestigio, el miedo al fracaso o la burla de los que los circundan?; o ¿será que parte inherente de la limitación humana es no poseervoluntad lo suficientemente fuerte en pro del otro, del que más necesita? Temo cualquier respuesta. 

 

No podemos hablar de “imposible” por el hecho de no haberlo logrado. Los  intentos por buscar el “mundo ideal”, se han dado en diferentes espacios y tiempos. Casi siempre su búsqueda se ha estrellado entre otras, con la gran dimensión del problema al lado de la indiferencia de las potencias de turno. Con la pasividad de las instituciones gubernamentales y civiles del momento, con la inercia por el desgaste de losgobiernos, de sus tendencias de toda índole conintereses distantes a la esencia del problema mismo. No hemos podido conciliar un lenguaje común, quizás en algo han influido la diversidad de grupos étnicos, la variedad de lenguas e historias de los pueblos y su dispersión aislada por fronteras apáticas y belicosas. Hemos ignorado que la problemática de cada pueblo no dista mucho de coincidir en los puntos esenciales con la de su vecino y aún más, con la del otro lado del océano. Las fronteras no solo determinaron los limitesterritoriales, sino que encerraron y camuflaron los problemas sociales para ser vistos desde diversa perspectiva, con un propio toque “nacionalista” olvidando que en la base es el mismo manado de la misma fuente y con una similar solución compartida.

 

Quizás en comienzos del siglo XXI, es el tiempo de hacer un pare en la carrera acelerada y loca por encontrar soluciones a tantos interrogantes y retos humanos. A dar control a algunos de los peligrosos fenómenos naturales o buscar la aplicación universal de los descubrimientos en todos los campos de la ciencia y la investigación. Al fin y al cabo, la mayoría de todos los logros obtenidos en los últimos dos siglos, han sido de una u otra forma para beneficio de los hombres. Pero no de todos. Los éxitos y adquisiciones en cualquiera de los campos de la actividad humana, siempre han tenido unos cuantos beneficiarios. Unos miles, unos millones... pero ninguno de los grandes logros del progreso ha llegado a todos los hombres. La mayoríade ellos se rezagan en el camino y solo en añoranzas fantasiosas pueden ser vistos por buena parte de los que habitamos esta tierra. 

 

Pensemos solamente en los recursos y derechos básicos para cohabitar dignamente: Agua, alimentos, electrificación, vivienda, manejo de excretas, salud, educación... cuantas comunidades hoy son carentes de varios de ellos y quizás de todos... mil ochocientos millones de humanos carecen de agua potable. Y quedecir, de logros más sofisticados y no fundamentales como el acceso a la tecnología, la informática, la comunicación, la diversión, el confort, las delicias del consumismo... la distancia de estos con la pobreza es cada día mas irreconciliable. 

Es tiempo que la carrera espacial, bélica y tecnológica detengan su contradictorio crecimiento y los todos nos volteemos a mirar al seno de nuestra propia humanidad, revaluando el verdadero sentido del progreso. Enrumbemos todos los esfuerzo hacia el mayor y mejor logro sentido y fin de la sociedad humana: igualar y nivelar a todos los hombres en lo justo, básico y digno para así poder lograr la realización individual, comunitaria y de genero, latentes desdesiemprepor  todas las generaciones que han dormitado en su inconsciente colectivo. 

 

Todos, en muchas ocasiones de nuestro vivir cotidiano, hemos deseado vivir en un mundo justo y ecuánime. ¿Quien no ha sentido el sublime sentimiento de la solidaridad al oír en la ventanilla de su auto: “una ayuda, una moneda...?” ¿quién no ha experimentado compasión y dolor de humano al llegar a su casa cansado en la noche y dejándose  caer exhausto ante el sillón de la televisión, escuchar inerme, las nefastas y cruentas noticias del devenir diario, que pasan por la pantalla adornadas de color y masoquismo colectivo?. ¿A quién no se le a constreñido el corazón al ver las  imágenes inmisericordes de la hambruna en Etiopía,los muertos religiosos en Irlanda o  las victimas del terremoto en Turquía?. Todos lo hemos experimentado. Sin embargo… la vida sigue igual, o peor aún, la miseria humana como el peor de los cánceres, continúa creciendo y envolviendo en sus siniestras garras a millones de indefensos seres emergentes.  

 

Desconcierta que existen muy pocas ONG que con frecuencia nacen en los países desarrollados, que tenga como base y objetivo fundamental la lucha por erradicar la pobreza de la faz de la tierra. Se protesta por el respeto a los derechos humanos, por la igualdad racial, por la conservación del medio, por la explotación de menores y un sin fin de nobles causas que olvidan que quizás la base de todas las irregularidadesviolatorias y atropellos existentes, manan del imperio de la pobreza. 

Sería interminable y doloroso revisar las constituciones políticas de las naciones participes de la Organización de Naciones Unidas, para sorprendernos que en ninguna carta magna existe un mandato tácito y contundente que obligue a los gobiernos de turno, a disponer de  todos sus esfuerzos y recursos para erradicar el hambre y la pobreza entre sus compatriotas; como prioridad máxima y fundamental en la vida y desarrollo de dicho país. En la conciencia legislativa de los países parece no tener cabida tan importante problema. Quizás el convivir con la situación de carencia “crónica”, se adormece y obnubila su conciencia. La anómala y malsana convivencia ha sido tan intima y por tanto tiempo, que perdió su dimensión de problema, y lo que es peor, la necesidad prioritaria de exterminarla. 

 

Los poderes ejecutivos solo abordan el tema de la pobreza en sus discursos preelectorales y de campaña. Con la toma del poder, en medio de la preocupación por continuar lo bueno y eliminar lo malo del gobierno que lo precedió, se camufla y adormece el delicado y obligante tema de la miseria reinante, retomándose marginalmente a lo largo de los periodos presidenciales, pero sin mostrar una voluntad política decidida y firme de guerra y exterminio a nuestro mayor mal. Por su lado, el poder Judicial casi ha quedado sin recursos legales para exigir, y mucho menos, sancionar los innumerables incumplimientos y negligencias de los insensibles funcionarios que solamente parecen abogar por sus intereses partidarios y personales del momento.

 

 

La inmensa y dolorosa mendicidad en las calles de nuestra ciudad, es un claro y vivencial  “recordéris”  de la existencia real de la miseria que hemos heredado y seguimos pasando de generación en generación, sin que hagamos algo definitivo para abolirla de nuestra historia. Cada vez que un conciudadano harapiento, mutilado, desplazado o hambriento toca la ventana de nuestro auto al detenerse por mandato de la luz roja del semáforo, nos esta haciendo un “parte” y un pare a la conciencia. Nos pregunta con su mano extendida, el porqué se encuentra en esa lábil situación que usted o yo, no  sufrimos. Sus miradas tristes que rápidamente  recorren las posibles pertenencias dentro del  vehículo, nos dejan un sinsabor de injusticia, en quienes tuvimos la suerte de poseer lo necesario para caminar dignamente por los senderos de ésta efímera existencia.  Como un látigo se nos viene a la mente la disyuntiva del dar o no dar, atender a su demanda o mirar hacia delante y dejar su mano extendida con su sentir inconforme. Defendemos nuestra conciencia pensando que de nada le serviría una moneda y sí le incrementaría su condición de mendicidad. Consideración engañosa y superflua que solo hace que pongamos la mano sobre nuestros ojos y aceleremos el auto en huida a la realidad cruel en la que vivimos y de la que todos sin excepción tenemos una cuota de responsabilidad. Así recorremos las calles de la ciudad y en cada pare  noscontinua  golpeando la realidad. Somos una sociedad que convive con la pobreza como quien cohabita con la felicidad: no se hace nada para que cambie y si para que permanezca. La conciencia social de muchos quienes tienen una vida digna y gusta, puede estar crónicamente enferma; el dolor de la miseria, ya no le duele y la injusticia del hambre ya no lastima ni le arde. La ignorancia como un tumor maligno se ha acomodado sin estorbar en el diario vivir social, pero desgastando el normal crecimiento y estabilidad de la patria. Llevamos para todas partes el peso de la pobreza indigencia como una mochila que a fuerza de la costumbre, ya no talla, ni pesa, ni incomoda en nuestros hombros. El acostumbramiento e indiferencia a toda enfermedad grave termina inexorablemente con la muerte del paciente. ¡Quizas estemos muriendo...!  

Como suele suceder en el cuerpo humano, cuando una enfermedad importante permanece ignorada y continua su crecimiento silencioso y soterrado, comienzan a aparecer otras calamidades en el organismo que pueden terminar con acabar con este, sin darse cuenta que el origen de tanta agresividad a sido gestado en aquella patología con la que se cohabito y tolero por tanto tiempo. Ya es tarde, el cuerpo está exhausto y será fácil presa de cualquier oportunista que se preste a dar la “estocada final”. Así la miseria a proporcionado y facilitado los canales para el desarrollo de males iguales o peores de nocivos para el desarrollo y la convivencia de nuestra crítica sociedad. La violencia con sus engañosas caras a penetrado el vivir de buena parte de  los países pobres o mal llamados, países en vías de desarrollo. Para la muestra: Colombiadificilmente podrá tomar el camino de un desarrollointegral sostenible, mientras la desigualdad, la injusticia y la pobreza multidimensional continue.

 

Hemos sufrido en nuestra amada patria una centuria de violencia política y beligerancia, de agresión fratricida y demente, dejada por la contienda liberal-conservadora de los años 50, siendo continuada desde el 60, por los grupos alzados en armas y al margen de la ley. Las muertes y el y el deterioro social que a  todo nivel nos ha legado la violencia, es imposible de cuantificar y medir certeramente. Solo vemos y vivimos a diario sus funestas consecuencias: Extorsión, plagio, masacres, narcotráfico, desplazados, muerte, abandono... sustantivos que llenan a menudo los medios de comunicación, en una sinfónica repetitiva y cruel. Podrán haber transitorios tratados de paz, pero tras los ceses de hostilidades, estarán descansando en la recamara, nuevos y mutados grupos de protesta y violencia. Mientras no se combata la causa primaria de la insurrección, no podrá existir paz duradera. Insurrección e injusticia, están llamadas e coexistir como hermanos gemelos lanzados a un incierto destino. 

 

En medio de la crisis dejada en las entrañas de la patria por la violencia, por más de una centuria, nos hemos olvidado de otra incapacitante enfermedad social, que ha crecido a su sombra en los últimos años, la delincuencia común. Necesariamente se suman varias circunstancias que la han incrementado en nuestras ciudades y campos;el desempleo, la ignorancia y el hambre han tendido sus garras sobre miles de compatriotas llevándolos como condenado al patíbulo, a cometer delitos para lograr mediocremente sobrevivir ellos y sus seres queridos. En esa situación, las leyes naturales se imponen ante los designios y leyes de las sociedades. El sobrevivir cobra su primer lugar y cualquier medio escogido para mantenerla, pasa por encima de la ley, principio o reglamento vigentes. Bajo este planteamiento, la convivencia en la sociedad se ha tornado insegura y peligrosa, proporcionándole al ciudadano de apie una vida cotidiana cargada de miedo y estrés que no solo le compromete su calidad de vida y bienestar, sino pone en riesgo su salud física y mental, al disminuir la función de su sistema inmunologico y metabolicose propicia la aparición de enfermedades crónicas y catrastroficas con sus conocidas repercusiones nosivas en la vida laboral, familiar y convivencia social.Ademas, los niveles de agresión se han aumentado en todos los ámbitos: en la conducción del auto, en el trabajo, en la solución de los problemas habituales, en la vida familiar, etc. Los riesgos de llegar sanos y salvos a casa, después de un ordinario día de trabajo, se han incrementado en algunas zonas de la ciudad en forma importante. Los grupos delictivos aumentan sus miembros día a día, formándose agrupaciones subterráneos que se van fortaleciendo y estableciendo una logística y operatividad de vida al margen de la ley; perfeccionando su “modus operandi” haciendolo mas destructivo para el entorno en donde delinquen.

Con el transcurrir del tiempo, el existir en medio de esa situación de inseguridad y agresión permanente, hace que los ciudadanos modifiquen y cambien su modo de dar sentido a sus vidas, tornándose frías e indiferentes ante el devenir de los demás, disminuyendo nuestro sentir solidario natural por el dolor del otro, asi, nuestras reaciones solidarias ante los negativos devenires de los otros, pierden espontaneidad, alejándonos del sentimiento de corresponsabilidad para con los mas necesitados y vulnerables de nuestra comunidad, o simplemente, que los pesares del vecino tengan cabida real en las preocupaciones personales.

De esta manera el mayor efecto que deja la delincuencia común en la sociedad no es tanto el daño concreto que por azar les causa a sus víctimas y sus familiares; es el impacto negativo que vicia el comportamiento y sentir entre los conciudadanos. El estado de inseguridad y agresión social va socavando paulatinamente los valores de solidaridad, apoyo y respeto insustituibles en la armonía del tejido social.  

 

No existen parámetros para medir el grado de influencia negativa producida sobre los valores sociales, para quienes han experimentado y sufrido situaciónes de violencia en la amada patria. Se visualizan en la juventud que dia a diaquiere abandonar su país o sueñan con realizar sus ideales bajo otras fronteras; o cuando la apatia indiferente ante las masacres y muertes productos del conflicto armado interno, colonizan friamente y en silencio los corazones de tantos colombianos que han perdido el optimismo y el entusiasmo por liberarse de sus cadenas.

 

La condición de enfermedad social hace que se tome una posición: o solucionamos el problema de la pobreza y la miseria en nuestra sociedad; o ellas acaban minando la vida social terminando inexorablemente en la muerte y el caos total, o lo que sería mas triste aún, continuar viviendo con ellas arrastrando el cruel estigma del subdesarrollo, y con él, unas mediocres calidades de existencia para más de la mitad de la población colombiana

 

En los países occidentales han imperado los principios capitalistas, neoliberales y de libre comercio desde el Concenso de Wasinthon, como respuestas a las secuelas dejadas por la primera guerra mundial. La recuperación de la crisis multidimensional heredada por la guerra, se fue dando paulativamente y a diversa escala en los países participantes, y en el mundo entero, que necesariamente se vio afectado de una u otra forma en sus economía y procesos de crecimiento. Su filosofía basada en un laxo y superfluo concepto de la libertad, no ha entendido que la sociedad no puede ser libre verdaderamente, mientrasdentro de su seno las cadenas del hambre y la pobreza existan en algunos de sus miembros (en nuestro país casi la mitad de sus pobladores)

La libertad es el eslabón base y fundamento en laformación y sostenimiento de la pirámide de la vida social. Está sostenida y resguardada, en buena partarte,por la satisfacción plena de las necesidades básicas de todo ser humano, de su comunidad y su tejido socialEl capitalismo ignoro o se cego al afirmar y complacerse ante su sociedad, que su éxito, desarrollo y bien estar logrado por las clases privilegiadas, dirigenten y participantes de los inmensos rendimientos y ganancias, se debieron gracias a las gestiones empresariales del “libre comercio”, sin mencionar que la base de sus trabajadores y el pueblo en general son los artífices dinámicos y coparticipantes en el proceso del crecimiento exitoso de los emprendimientos a todo nivel. Por lo tanto, deberían ser participes de los rendimientos económicos exitosos y del mejoramiento de las condiciones de vida dignas y justas. Este ha sido uno de las falencias e ignorancias del sistema capitalista que nos ha llevado a la crisis social, la beligerancia y la invacion del socialismo (mal entendido y mal aplicado) y a los gobiernos autocráticos, que como “epidemia” están y pretenden contagiar a los países pobres y en intento de liberarse de las difíciles ataduras incrementadas por el paradojico desarrollo dejado por las directrices económicas del neoliberalismo y consumismo avasalladores. ; Esa es la controversial libertad que nos han legado las generaciones de teorías capitalistas que  han precedido. Una medida de esta afirmación, la da, por ejemplo, el incremento del año 99 al 2002 en Bogotá, en donde aumentaron en tres millones los indigentes y pobres; muestra la imperante necesidad de replantearse el camino de la controvertida globalización. El sendero en la tendencia en el incremento de la pobrezamultidimensional continuara, mientras las filosofías y extructuras económicas, políticas y sociales no cambien y viren hacia una auténtica socialización y participación comunitaria mancomunada. Y la desigualdad social se nivele por lo alto (condiciones de vida dignas en: educación, vivienda, servicios públicos, posibilidades de emprendimiento y desarrollo personal, familiar y comunitario). Mientras no nos liberemos de las esclavitudes del dios capital” (reinante en Occidente y liderado por Estados Unidos, la Unión Europea y a renovada China), y sus sirenas mercantilistas que embelezan los oídos de los dueños de la banca y del comercio internacional. 

 

¿Entonces cuales cartas de navegación tomamos?, ¿qué faros nos quedan?. Los dados por la solidaridad de los que poseen la riqueza de la tierra y los que gobiernan y dirijenlos destinos de las sociedadesEsta unión solidaria y coresponsable es el único camino para iniciar la superación de la compleja problemática social que vimos los terrícolas  del siglo XXI. El 1% de los 8.000 millones de humanos, administran más de la mitad del dinero existente. Asi, si los 225 hombres más adinerados de la tierra donasen el “insignificante 4%” de su riqueza, este dinero sería suficiente para acabar con la hambruna en la tierra (Ignacio Ramonet, humanista, diario “Le Monde”).  El único recurso existente capaz de llegar y solucionar la  cruel base de la pobreza en el género humano es la solidaridad y ayuda  de los mismos hombres; ajenos a políticas, etnias, religiones y filosofías. La exóticaabundancia de riqueza que algunos seres han logrado acaparar (entre otros, para comienzos de este siglo, Bill Gates con más de 65 mil millones de dólares, superado con creces por los magnates actuales de la tecnología y las comunicaciones); dicha riqueza debería compartirse solidariamente, por el derecho natural de genero y de justicia humana que El Creador les otorga a los millones de seres que nacieron entre la limitación y la miseria. La riqueza del planeta, como la tierra y sus productos, son  patrimonio de toda la humanidad. Quien quiera que colocara la vida sobre la tierra, nuestro Dios para los creyentes, o la sabia evolución con su Energia Amorosa  de Dios ( Theirlar de Chardin, teólogo jesuita, 1950), dispone que los recursos existentes son el legado heredadopara todos los que poblarían su superficie atravez de toda la historia humana; y poder desarrollarse y realizarse como auténticos seres humanos y comunitarios. Los adinerados existentes han sido engañados y justificadospor leyes defensoras de la propiedad privada mezquina y miopeque a través de las Constituciones de los países, las han instaurar como justa verdad a lo largo de todos los continentes, así como la aplicación legislativa de sus Cartas Magnas. Lastimosamente, dejaron de ser administradores, su justo rol social, para convertirse en dueños y poseores únicos de la riqueza ajena destinada para el usufructo y vida digna de todos. 

 

Es un trabajo complejo más no imposible el lograr que los adinerados del planeta comprendan cual es su sentido de vida verdadero al ser depositarios y guardianes de la riqueza humana. Entiendan que son co-responsables y piedra fundamental  en la solución del grave problema como es la pobreza en el planeta. Sus dineros al ser invertidos en las comunidades pobres del mundo y custodiados y auditados por una organización internacional que fiscalice sin nexos con gobiernos ni con políticas estatales, podrían no solo dar una soluciónfundamental para la superación integral del subdesarrollo en los países emergentes. Ademas, sus fortunas se incrementarían como empresarios e inversionistas activos y participantes en la “Gran Empresa” llamada a la abolición del hambre y la pobreza sobre la faz de la tierra.

 

Autores, biografías

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Uno de los grandes "baches" en el que se debate la vida contemporánea y que paulatinamente está ingresando al camino del adormeci...